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Solidaridad Vacía

Miguel Ángel Hernández 

México es sin duda un país conocido a nivel mundial por su gran solidaridad, la hermandad con los pueblos amenazados y por abrir sus puertas  a quien lo necesite; al interior se ha visto en repetidas ocasiones  que juntos podemos enfrentar catástrofes, la sociedad mexicana es sin duda un ente noble que inmediatamente reacciona apoyando a quien más lo necesite,  o por lo menos eso creemos.

 

Quién podría dudar de esto;  acaso no hemos llevado ropa, alimentos enlatados y agua embotellada para apoyar a nuestros hermanos en desgracia; que acaso no es cierto que durante más de una década hemos hecho posible que el Teletón llegue a la meta o que metemos monedas a la alcancía de la benemérita Cruz Roja.

 

Pero la pregunta real es ¿A quién beneficia nuestra solidaridad? Las donaciones en especie son adquiridas en la mayoría de los casos en las tiendas del ANTAD, (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, A. C); además los productos enlatados y agua embotellada son comercializados por grandes marcas que solo se regocijan con el consumo extraordinario;  el “teletón” ésta gran farsa que durante años sirvió a las grandes empresas para evadir impuestos y maquillar su imagen ante el consumidor.

 

¿Deberíamos  entonces dejar la solidaridad a un lado?  La respuesta es muy sencilla, tenemos que apoyar a nuestra gente y exigir al gobierno que cumpla con la parte de su enmienda;  la responsabilidad prima es de nuestras autoridades que deben  atender con prontitud cuestiones básicas que garanticen las condiciones mínimas del bienestar de los habitantes de este país; pues son para eso  los recursos recaudados por medio de los impuestos. Por todo el país vemos personas desplazadas  a quienes se les ha arrebatado todo  sin que nadie haga un gesto significativo por mostrar su apoyo, familiares de desaparecidos exigiendo “solos” una justicia que nunca llega, obreros explotados y echados a la calle exigiendo las medidas mínimas que garanticen una relación justa obrero-patronal; estudiantes perseguidos, mujeres violentadas, familias separadas, niños explotados, agricultores estafados  y pueblos olvidados.

 

Dejemos entonces la solidaridad mediática, esa que no es más que una moda influenciada por las empresas para vendernos la idea de estar actuando en favor de quienes más lo necesitan, pero que siempre  encuentran con alevosía un beneficio económico;  busquemos realmente apoyar a aquellos que padecen y que luchan contra verdaderos monstruos, pues no son contingencias momentáneas, por el contrario; la mayoría de los causantes de estas desgracias tiene una presencia permanente y cada vez mayor.

 

Ayudemos a gritar a quien busca justicia y dejemos a un lado la solidaridad vacía de nada sirve llevar una botella de agua a un lugar de acopio, porque al hacerlo olvidamos que ese líquido, es arrebatado por las grandes empresas a nuestros pueblos, para después meterlo en un recipiente y vendérselo a los que alguna vez les perteneció; dejemos de mostrar ésta pobre empatía a través de la pantalla y el estupor mediático; salgamos a las calles con aquellos que hoy son amenazados y no encuentran a su alrededor una mano que les haga sentir que no están solos. Estoy seguro que las buenas intenciones solo pueden desaparecer cuando son envasadas y administradas por aquellos que solo desean el control absoluto, la indiferencia es la principal amenaza a derrotar.

El contenido literario y periodístico así como los cartones políticos mostrados en esta página son propiedad de El Pregonero Mexicano, construidos  por la voz de una parte del pueblo, periodistas y luchadores sociales. Para su dominio, utilización o reproducción  únicamente comunicarse a los teléfonos y redes de contacto. Pregonemos la verdad juntos.

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