
La Juventud perdida en Pachuca, la lucha sigue...
Ensayo por Cesar Rue
Ser joven y no ser revolucionario…”
La cotidianidad como singular patrón de conducta de nuestra sociedad nos ha mantenido en una constante búsqueda de fórmulas por diseñar esquemas distintos a los que conocemos, así como alternativas para romper dichos esquemas. Los cuales definen las costumbres y pensamientos políticos y sociales con respecto a la situación y contexto en el que nos encontramos
Es de carácter urgente reconocer las fallas inmensas en este sistema, cuya sociedad como la que actualmente nos representa no cumple con los objetivos de ciertos puntos primarios de humanidad, garantizando en muy pocas ocasiones, cuestiones como la salud, la alimentación, la convivencia y en general la vida

Los jóvenes como importante sector debido a la transición generacional que representan y las facilidades que pueden llegar a tener con respecto a los horarios y movilidad en comparación con gente de otras edades, suelen definir contextos sociales a través de la protesta y la manifestación, así como por medio de la propuesta y participación de una forma responsable en la toma de decisiones, esto en general en todo el mundo. Claro, siempre con mayor o menor relevancia e inmersión.
Actualmente en México vivimos una especie de conformismo mediano, donde ya diagnosticamos los diferentes factores que nos mantienen de esta forma sometidos, pero no conseguimos desarticularlos, controlarlos o impedirlos con mayor intención. Existen ciudades en nuestro país donde la lucha social por distintas causas se ha intensificado. Son regiones históricamente combativas y se ha incluso aumentado la manifestación llegando a sumarse varios sectores y así llegar hasta el combate directo con las fuerzas federales o incluso contra el ejército, entre otros. Por otro lado, hay también muchas otras regiones de nuestro Cuerno de la Abundancia que aún no quieren abrir los ojos, o más tristemente ya los abrieron pero se condiciona o se limita el “abrir la boca”.
A tan solo 70 kilómetros la capital del país, se encuentra una ciudad que también es capital pero de un estado históricamente poco participativo en la protesta social : Hidalgo. Donde la apatía es uno de los cánceres propios y desgraciadamente caracteriza a la misma ciudad. La bella airosa, no ha sido partícipe en los últimos años de movilizaciones juveniles apartidistas que se desarrollen con gran fuerza, salvo las que fueron llevadas a cabo por El Movimiento Yo soy 132 o la Coordinadora Estudiantil de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

Los jóvenes no conocen el poder que pueden llegar a tener, no perciben ni se interesan por la situación. Ha habido movilizaciones mínimas y la excitación colectiva ha generado que se multiplique la gente, sin embargo debido a factores como la toma de conciencia, la priorización de los hábitos, la desinformación y la represión que ejercen los distinto grupos de poder en el estado han disuelto dichas movilizaciones, en su mayoría espontáneas.
Nuestro Pachuca, parece de pronto despertar, sus jóvenes en ocasiones su logran reproducir este despertar colectivo a través de la propuesta han logrado alzar la voz, insisto con grupos relativamente pequeños. Que finalmente son apagados, cooptados, intimidados, amedrentados o divididos, prácticas mismas de gobiernos anteriores a nivel nacional.
La realidad es una, la mediatización como cáncer también se expande para entretener de forma muy poco argumentativa y basta de contenido a una sociedad que parece nutrirse del concepto de felicidad vendido y adoptado sin opción a crítica, distinción o diferenciación de patrones.
El sistema nos somete a una regularización de conductas y hábitos poco juzgados ni variados por nuestro razonamiento, esto último, de manera muy general.
Son pocos, los que como focos deciden no reproducir el mismo concepto, y se permiten así mismos volverse mayormente activos y no reactivos. Comprender que las respuestas no siempre son iguales y que sí hay desarrollo y calidad de vida por medio de formas que no sólo son las que este sistema nos dicta.
En los jóvenes de Pachuca, puedo reconocer mucha gente que desgraciadamente es una prueba más de la multiplicación de personas y un producto más de esta fábrica. Por lo contrario, también existen personajes antagónicos que no reproducen lo que le imponen por naturaleza sistémica
Hidalgo tiene factores que atribuyen al cáncer hegemónico y predominante, tales como el sindicalismo charro, los compadrazgos y cacicazgos. Dichos factores hasta la fecha han logrado perpetuar que estos grupos políticos y empresariales por su singularidad de dominación, no permitan las libre manifestación ni la organización pública o en silencio de los grupos afectados o sectores marginados y vulnerables.
Creo se pueden hacer cosas, siempre hay formas y causas sobran. Creo la trinchera que cada quien representa debe de tomarse como lo que supone, un espacio para expresarse, luchar y mejorar este mundo.
Informar, sensibilizar, concientizar, organizar y luchar…
"Desgraciados los pueblos donde la juventud no haga temblar al mundo y los estudiantes se mantengan sumisos ante el tirano"
-Lucio Cabañas Barrientos