
Monopolios (Tuzobús)
COLUMNA por Miguel Ángel Hernández
En meses pasados con una repetición barbará escuchamos a varios políticos hablar de la reforma energética, de como su principal propósito era favorecer la competencia y terminar con el “Monopolio del estado”, un discurso aprendido y para nada analizado, nos vendían la idea de que cualquier persona podría acceder al negocio de los hidrocarburos; estas reformas según decían pondrían a México en un alto nivel internacional. Hablaban con la seguridad de un experto, pero con el vacio de un político sobre los grandes beneficios que esto traería a la economía popular, hoy día nos damos cuenta que nada de eso fue cierto y los beneficios no llegarán, simple y sencillamente porque no existen.
De forma paralela hemos visto a lo largo y ancho de nuestro país “proyectos” que arrebatan de tajo la posibilidad de que familias ordinarias ingresen a los grandes negocios promovidos con recursos públicos, ejemplo de esto es sin duda el Tuzobús. Anteriormente cualquier persona después de una liquidación o de la venta de un bien podía concebir la posibilidad de comprar un vehículo y acceder a unas placas de servicio público, ya sea comparándolas o en renta y emprender un negocio ofreciendo el servicio en una ruta del transporte colectivo. Todo esto se viene abajo, pues el gobierno, sí, aquel que se jacta de promover la libre competencia en pos de la modernidad, tiene a bien un plan que deja ver su intención de concentrar y acrecentar el capital de los menos, una obra que fue realizada con el dinero de todos, pero para beneficio de los de siempre. Entonces entendemos que los monopolios pueden ser muy malos o muy buenos para los intereses de la modernidad, todo depende de quien los maneje.
El beneficio popular queda en segundo plano, pues el pueblo no es escuchado antes, durante, o después de la implementación de estos “Proyectos”, pero el beneficio según los sordos dirigentes es para todos incluso si tenemos que invertir más tiempo, más dinero y renunciar a la comodidad, tenemos que agradecer el “beneficio” que jamás llegara.
La falta de planeación, de visión y de sensibilidad son factores comunes en los gobiernos actuales, nos quitan todo y tal pareciera que; hace ya mucho tiempo nos robaron la dignidad, todos los sectores son afectados en este “Maldito proyecto”, miles de desempleados, más embotellamientos y usuarios de este medio de transporte afectados en su bolsillo. En los últimos días hemos visto en las redes sociales denuncias ciudadanas por los cobros excesivos, la falta de subsidios a grupos especiales y lo complicado de los acceso a este medio de transporte, sin olvidar la conglomeración de personas en las estaciones y el sobrecupo en las unidades, sin que estas manifestaciones virtuales desemboquen en una respuesta real por parte de las autoridades.
Como una revelación puedo decir que estoy en contra de los monopolios, sobre todo de los monopolios del poder, retomando el verborreico discurso de los políticos les reviro: Terminemos con los monopolios por el bien común, empecemos a ejercer una democracia real, donde todos decidamos y donde no existan cúpulas privilegiadas con el dinero de todos. Terminemos de una vez por todas con esa soberbia del gobernante, es hora que el pueblo no solo grite su inconformidad, es hora que salgamos a la calle a recobrar el país.